TEMPESTAD SOBRE ASIA, EL FIN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA: EL HISTORIADOR REVISIONISTA NIYAZOV EN TURKMENISTÁN
Saparmurat Niyazov (Turkmenbashi o Jefe de los Turcomanos), amo y señor de Turkmenistán hasta su muerte en 2006, propició el culto a su personalidad como pocos lo han hecho. Estatuas que rotan para mirar siempre al sol, cambio en el nombre de los meses para honrarse a sí mismo y a su familia, un libro propio como guía del país al estilo del Libro Rojo de Mao. Y prohibición de fumar desde que tuvo que dejar el hábito por sufrir un problema cardíaco.
El mundo postsoviético ha engendrado varios personajes tan dictatoriales como pintorescos y peligrosos. El historiador Alexander Lukashenko (el último dictador de Europa, según algunos analistas) está en el poder desde 1994 en Bielorusia. Vladimir Putin y su populismo nacionalista parecen haber venido para quedarse. Pero quizá ninguno pueda emular las excentricidades de Saparmurat Niyazov.
Niyazov comenzó su carrera dentro del mundo de la Unión Soviética. Fue el Primer Secretario del Partido Comunista de Turkmenistán desde 1985 hasta su disolución en 1991. Producida la independencia de su país decidió, simplemente, quedarse y ejercer una dictadura tan temible como colorida.
En 1999, Niyazov fue designado como presidente vitalicio. En una versión peculiar de lo realizado por la Revolución francesa, cambió los nombres de los meses y los días de la semana, incluyendo héroes históricos y, por supuesto, incluyéndose a sí mismo y a su familia. Enero pasó a ser Turkmenbashi, su nombre como líder del país. Febrero es Baýdak, el nombre de la bandera, que se celebra el día del nacimiento de Niyazov. Abril es Gurbansoltan, por su madre, que murió en un terremoto en 1948. Septiembre es Ruhnama, un Libro Rojo local que escribió el gran líder para guiar a su pueblo. En cuanto a los días de la semana, el lunes pasó a ser Primer Día, el martes el Día Joven, el miércoles el Día Favorable, el jueves, el de la Justicia, el viernes, de la Madre, el sábado, el del Espíritu, y el domingo, el del Descanso.
Una de sus obsesiones fue promover el culto a su personalidad. Los billetes tienen su figura, lo mismo que las estampillas. Obviamente estaban pensados como larga duración, porque lo retratan con un prematuro pelo blanco.
El culto a la personalidad fue más allá. La ciudad de Krasnovodsk pasó a llamarse Turkmenbashi.
Una de las debilidades de Niyazov son las estatuas y el color dorado. Para satisfacer sus gustos, hizo construir una gigante estatua dorada en la capital Ashgabat, una ciudad que sobresale por contar con la mayor cantidad de mármol blanco del mundo para sus edificios. Y para no perder magnificencia, la estatua rota de manera que siempre ve el sol.
No contento con esa estatua dorada magnificente, construyó otras, como una en que aparece sentado, abriendo un libro (su libro) y como copia del presidente Kennedy.
El libro dorado y verde de Niyazov: el Ruhnama (Libro del Alma). Salido de su pluma, combina guías morales y espirituales con su autobiografía, más un revisionismo histórico con sus propias interpretaciones; Nizayov es reconocido en su país como un gran historiador. Los estudiantes de todos los niveles educativos (que deben leer obligatoriamente el libro) juran fidelidad al Ruhnama todos los días antes de empezar una clase.
El Ruhnama tiene su propia estatua gigantesca y, sí, como la suya dorada, esta también rota y se abre para mostrar una página, ante la admiración del pueblo. Es, junto con el Corán, el único libro considerado necesario para la lectura de la población.
Y para aumentar la escolaridad, Niyazov tomó la polémica decisión de reducir la escuela secundaria a un año de cursada y el ciclo universitario a dos años.
Como forma de reafirmación cultural y moral, Niyazov prohibió el ballet y la ópera, así como el escuchar la radio en un coche. También volvió ilegal pasar música grabada en las fiestas de casamientos y otros eventos públicos (sólo puede haber música en vivo). La presencia de perros en la capital fue prohibida por su olor. Fumar, por otro lado, estaba permitido…hasta que Niyazov tuvo una operación de corazón en 1997 y tuvo que dejar el hábito. Desde entonces, todos los empleados públicos debieron dejar de fumar y se prohibió el cigarrillo en los espacios públicos.
Pero también actuó en el área de las apariencias. Los hombres ya no podrían usar barba ni pelo largos. El uso de maquillaje de las mujeres en la televisión también quedó prohibido, porque podía dar lugar a malos entendidos sobre cuestiones de género. Y todos, hombres y mujeres, tuvieron que extraerse los dientes de oro para que no brillaran al sonreír (lo dorado está reservado al líder) y porque se alentaba mascar huesos (como los perros) para fortalecer la dentadura.
El dinero mueve al mundo
Turkmenistan tiene amplias reservas de petróleo y gas natural (en manos de la presidencia), que explota generosamente. Con este dinero, Niyazov mandó construir un inmenso lago en medio del desierto de Kara Kum, un palacio de hielo en las afueras de Ashgabat, una gigantesco pista de esquí para un resort y la mezquita más grande del Asia central, que costó más de ochenta millones de dólares.
La excentricidad de Niyazov se combinó con un gobierno dictatorial y despótico, que enviaba a sus enemigos políticos al exilio o a manicomios.
Más sobre este personaje…
Un digno sucesor.
La presidencia de Niyazov era vitalicia. Pero murió en 2006 de un ataque al corazón. Su sucesor, de acuerdo con la Constitución, debía ser Owezgeldi Atayev como presidente del Parlamento. Pero Gurbanguly Berdimuhamedow, un dentista que organizó los impresionantes funerales en donde lo lloraron miles de turkmenistanos, lo arrestó y se convirtió en el “protector” de Turkmenistán hasta hoy. El estilo, y la mano dura, no han cambiado.
También le gustan las estatuas doradas, aunque a caballo.
La historia me mata 
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