El papel de la mujer en los orígenes del cine fue enorme. Es recordado su liderazgo en el surgimiento del star system en la década de 1910. Pero un rol menos recordado es el de guionistas. En pleno siglo XXI, las mujeres solo representan el 9% de los directores, el 20% de los productores ejecutivos, el 22% de los editores, el 6% de los directores de fotografía…y el 11% de los guionistas. Las mujeres aparecen como excepciones, aunque de impacto notable: Callie Khouri por “Thelma y Louise” (1990), Uth Prawer Jhabvala por “Howard’s End” (1992), Emma Thompson por “Sentido y sensibilidad” (1996), Diablo Cody por “Juno” (2007).
Pero no siempre fue así. Además del trabajo poco reconocido que tenían las mujeres secretarias-dactilógrafas en cambiar guiones junto con los directores mientras éstos les dictaban sus ideas, las mujeres fueron pioneras en la creación intelectual directa de los mismos.
La pionera de las pioneras (quizá hasta pionera en ser el primer director de cine) fue la francesa Alice Guy-Blaché, nacida en 1873, que había estudiado secretariado en 1894 y ese mismo año consiguió el puesto de secretaria en la Compañía General de Fotografía de Max Richard. En 1895, Léon Gaumont, se asoció con Gustave Eiffel, el astrónomo y geógrafo Joseph Vallot y el banquero y filántropo Henry Besnier para comprar la Compañía General de Fotografía. Así creó la Compañía Gaumont.
Alice le propuso al ese entonces comercializador de aparatos fotográficos Léon Gaumont grabar diferentes escenas y unirlas una tras otra con el objetivo de crear una historia, a diferencia de lo que se había hecho hasta entonces, que se limitaba a escenas cortas de la vida de la gente como trabajadores saliendo de una fábrica o desfiles. Gaumont lo consideró una “sensiblería femenina”. Pero Guy prosiguió con su idea y en 1896 dirigió “La fée aux choux” (El hada de los repollos), donde combinaba imágenes en movimiento y arte teatral, con lo que inventaba el cine narrativo.
La comedia de Alice Guy (6 minutos sin intertítulos) “Les résultats du féminisme” de 1906, es extraordinaria (se encuentra en archive, https://archive.org/details/LesResultatsDuFeminisme). La mujer descansa y fuma a sus anchas, mientras los hombres están en la máquina de coser o planchando. Las mujeres monopolizan el bar y no dejan entrar a los hombres que vienen (con sus hijos a los que tienen que cuidar). Sí, son los hombres los encargados de pasear a sus hijos.
El breve drama “Anarchiste. L’Emeute sur la barricade”, también de 1906, es otro film extraordinario por expresión trágica (puede verse en youtube https://www.youtube.com/watch?v=AKQUiac27dM)
La trayectoria cinematográfica de Alice Guy fue notable: pionera en el uso de efectos especiales, el lenguaje cinematográfico y en la creación del cine sonoro a través de la grabación del sonido con un gramófono años antes de que en Estados Unidos aparecieran las primeras talkies. Gracias al éxito de sus películas, Guy fundó junto a su antiguo escéptico jefe convertido ahora en socio Léon Gaumont la productora Gaumont, la primera compañía cinematográfica de la historia. En 1906, se produjo la primera película de gran presupuesto de la Compañía Gaumont: “La vida de Cristo”, con todos los exteriores rodados en el bosque de Fontainebleau y la participación de trescientos extras. Ese mismo año realizó la comedia “Les Résultats du féminisme” (que se rehizo en 1912 bajo el nombre “In the Year 2000”).
En 1907, se casó con Herbert Blaché, un camarógrafo que trabaja para la Gaumont británica. Alice Guy viaja a Estados Unidos para continuar haciendo cine de manera exitosa; Herbert se convierte allí en director y en coproductor y socio de varias empresas de producción cinematográfica.
Alice Guy exploró diversos géneros como el policial, el religioso, el western y la ciencia ficción; llega hasta a hundir un barco en busca de mayor realismo. En 1910, con el dinero ganado por sus películas –fue una de las primeras personas capaces de vivir del cine– fundó la compañía Solax, y al día de hoy sigue siendo la única mujer de la historia dueña de un estudio cinematográfico.
A lo largo de su carrera, Guy dirigió, produjo –de hecho, inventó el puesto de productor– y supervisó más de 600 películas mudas y 150 películas “sonoras”. En su artículo “Woman’s Place in Photoplay Production”, Guy, consciente de las oportunidades que el cine ofrecía, animaba a las mujeres a trabajar en ese nuevo arte que podía beneficiarse de su talento, alegando que no había nada en todo el proceso que una mujer no pudiera hacer tan bien como un hombre.
La industria del cine empezó a cambiar con la llegada de los grandes estudios cuyo modelo de negocio no gustaba a Guy y, después de divorciarse, vender su estudio y regresar a Francia, llegó la invisibilización de su trabajo. Muchas de sus películas se perdieron y otras tantas fueron atribuidas a sus asistentes. Los historiadores la obviaron en sus análisis y el mundo empezó a olvidarse de ella (aunque en 1953 el gobierno francés la premió con la Legión de Honor), hasta que en 1976 publicaron sus memorias y su nombre volvió a la luz.
Murió en 1968, a los 94 años, en Nueva Jersey.
Ver: Alice Guy, “Autobiographie d’une pionnière du cinéma (1873-1968)”, présentée par Musidora, Denoël/Gonthier, 1976 y Paule Lejeune, “Le cinéma es femmes”, Atlas/Lherminier, 1987.
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