Al discutir el otorgamiento del sufragio femenino en la Argentina surgen dos posiciones: 1) los que dicen que fue tardío y le atribuyen al peronismo responder a un clamor social no atendido, y 2) los que sostienen que no fue tardío, y toman como casos a Francia, que recién lo estableció en 1944 (y como parte de eventos relacionados con la Segunda Guerra Mundial), a Italia, que lo logró en 1946 y a Japón, recién en 1947.
Veamos los números y saque el lector sus propias conclusiones:
1) Europa:
Hasta 1946, en 26 países europeos se había alcanzado el sufragio femenino (en Francia resultó relativamente tardío por la oposición de los grupos seculares a un voto que podía favorecer a la Iglesia). Faltarían San Marino, Mónaco y (el caso más notable) Suiza, donde el Congreso recién lo aprobó en 1959, pero no fue aceptado por la población masculina en votación popular hasta 1971.
2) América Latina:
Entre 1917 y 1946 10 países latinoamericanos ya tenían voto femenino:
Uruguay (1917)
Ecuador (1929). Al estilo de los EEUU en 1920: fue un esfuerzo de los conservadores por sacar del mapa político a los liberales.
Brasil (1932), Cuba y Chile para elecciones municipales, en 1949 será para las nacionales (1934), Bolivia (1938), Panamá (1941), República Dominicana (1942), Bermuda y Jamaica (1944), Guatemala, Venezuela y Trinidad-Tobago (1946).
Entre 1947 y 1961, 11 países latinoamericanos consiguieron el voto femenino.
En 1947, junto con la Argentina, logra el voto femenino México (fue tardío para un país revolucionario, porque el PRI consideraba que las mujeres, más católicas, podían darle el voto a la derecha del PAN)
Surinam (1948), Costa Rica (1949), resultado del glorioso 1948,
Haití y Barbados (1950), Guyana (1953), Belice (1954), Honduras, Nicaragua y Perú (1955), Colombia (recién en 1957 pues el liberalismo progresista de la “revolución en marcha” de los 1930s temía que las mujeres, más católicas, votaran a los conservadores).
El más tardío de los tardíos fue Paraguay: recién se alcanza en 1961.
En la Argentina hablamos de elecciones nacionales, porque hay antecedentes encomiables:
La Constitución de Santa Fe de 1921 reconoció el derecho de las mujeres a sufragar en las elecciones municipales, el mismo derecho que en esa provincia se le daba a los extranjeros.
En ese mismo año la ley electoral es vetada por el gobernador Enrique Mosca. Pero en 1934 las mujeres votan en elecciones municipales.
Más importante: en 1928 las mujeres obtienen en San Juan el derecho al voto para elecciones provinciales y municipales con las reformas de la Unión Cívica Radical Bloquista, de los Cantoni. El 8 de abril de ese año, las mujeres votan por primera vez en San Juan.
En 1934, la abogada Emar Acosta, fundadora de la Asociación de Cultura Cívica de la Mujer Sanjuanina, es elegida primera diputada provincial en San Juan por el Partido Demócrata Nacional. Por disidencias con el cantonismo se incorporó al conservadurismo local.
Y, como señala la amiga Nora Iglesias, la médica Julieta Lanteri logró votar en las elecciones municipales de 1911 en la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca aprovechando una laguna en la legislación (claro, nadie había previsto en la ley electoral que una mujer podía llegar a votar). El presidente de mesa, Adolfo Saldías, afirmó cuando la saludaba: “me congratulo en ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”. Al día siguiente la noticia salió en los principales diarios del país.
Para evitar que se repitiera el hecho, fue sancionada una norma prohibiendo el voto de las mujeres, justificando su sanción en que el empadronamiento era propio del enrolamiento en el registro para el servicio militar. Cuando Julieta Lanteri intentó volver a votar, no se le permitió enrolarse, aunque apeló (infructuosamente) al Ministro de Guerra. En 1919 intentó presentarse como candidata a diputada, pero mo se homologó su candidatura. Disconforme, organizó una manifestación que juntó a más de cuatro mil personas, donde se hizo un simulacro de votación que la hizo famosa entre todas las sufragistas del mundo.
Después de fundar el Partido Feminista Nacional se postuló a diputada y senadora. Hacia campaña con la consigna “En el Parlamento una banca me espera, llevadme a ella”.
Leave a Reply