El 13 de junio de 1936, Landmesser se mostró de brazos cruzados durante el bautismo de Hitler a un nuevo buque de la marina alemana. El acto desafiante se destaca en medio de la multitud que realiza el saludo nazi.
En 1937, ya harto, Landmesser intentó huir de Alemania hacia Dinamarca con su familia. Pero fue detenido en la frontera y acusado de “deshonrar la raza”, o “infamia racial”, bajo las Leyes de Nuremberg. Un año más tarde, Landmesser fue absuelto por falta de pruebas y fue advertido para que no continuara su relación con Eckler.
Rechazando abandonar a su esposa, Landmesser ignoró los deseos nazis y fue detenido de nuevo en 1938 y sentenciado a casi tres años en un campo de concentración.
Nunca volvería a ver a la mujer que amaba ni a su hijo. La policía estatal secreta también arrestó a Eckler, que estaba embarazada de varios meses con la segunda hija de la pareja. Ella dio a luz a Irene en la cárcel y fue enviada a un campo de concentración de todas las mujeres poco después de su parto. Se cree que Eckler fue transferida a lo que los nazis llamaron un “centro de eutanasia” en 1942, donde fue asesinada con otras 14.000 personas.
Después de su sentencia de prisión, Landmesser trabajó por un tiempo antes de ser reclutado para el frente en 1944. Pocos meses después, fue declarado desaparecido en acción en Croacia.
La historia me mata 
Leave a Reply