Cinéfilo y admirador de Bob Dylan (al contrario de su músico admirado, va a ir a recibir el premio), ha dicho “Tomo el Nobel como un llamado al valor de la Historia”. En la mirada del autor, el premio llegó en un momento en que “el mundo tiene incertidumbre”.
Hay cinco novelas de Ishiguro (al menos que yo conozca, quizá haya más) en donde el relato se entreteje con la historia. Todas publicadas por el sello Anagrama.
1. “Pálida luz en las colinas”, su debut literario (1982). La historia de Etsuko, una mujer japonesa de 50 años que, tras el suicidio de su hija mayor, rememora su vida para tratar de explicarse la tragedia familiar. Un viaje al pasado, al Japón de los años cincuenta con las heridas de la guerra a flor de piel.
2. “Un artista del mundo flotante” (1986), un relato terrible. También el Japón de los años cincuenta (recordemos que Ishiguro nació en 1954…en Nagasai, y vivió en Japón hasta que su familia se mudó a Inglaterra en 1960). La novela transcurre entre octubre de 1948 y junio de 1950, un periodo especial para Ono, un anciano artista que recuerda su vida y su carrera artística en un intento de comprender el presente.
3. “Los restos del día” (1989), llevada al cine en nuestra adorada película “Lo que queda del día”. Todo el mundo sabe de qué se trata, pero recordemos la fascinación de Lord Darlington por el fascismo y su conspiración para conseguir una alianza entre Gran Bretaña y Alemania.
4. “Cuando fuimos huérfanos” (2000). El detective más célebre del Londres de los años 30, un tal Christopher Banks (creo que es Sherlock Holmes), intenta mirar al pasado. Tiene un trauma (y un enigma): cómo fue la desaparición de sus padres cuando vivían en Shanghái, una tragedia que no deja de atormentarle. Como resultado, huye de una Europa que está viviendo la emergencia del fascismo y se adentra en una ciudad en la que los chinos comunistas luchan contra los invasores japoneses (a muerte). Interesante visión de un japonés sobre el genocidio chino.
5. “El gigante enterrado” (2015). Extraño (aunque bello) relato situado en la Inglaterra medieval con ogros, castillos, monjes y barqueros que conducen a la isla de los muertos y, sí, un espeso manto de niebla exhalada (y un dragón llamado Querig que borró parte de los recuerdos de una aldea inolvidable).
Además, Ishiguro escribió el guión de la película “The Saddest Music in the World” (2003), del director canadiense Guy Maddin: la historia de un concurso de música durante la Gran Depresión que se desarrolla en Winnipeg, Canadá, en donde el objetivo es encontrar el país que tiene la música más triste jamás creada. Increíble película. Lindísima película, filmada al estilo del temprano cine sonoro de fines de los veinte y principios de los treinta. Diseño expresionista. Blanco y negro (unas pocas escenas en color).
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